“Tas viendo y no ves” dice el dicho de mi compadre AcasianoQ con el que asegura qué pasa todo lo contrario a lo que dice una persona, tal como le pasó a nuestro querido gobernador Alejandro Murat Hinojosa, quien mientras realzaba la unidad existente en el PRI que hará la proeza de acabar con la “Salomónica” esperanza de MORENA, sus delegados y militantes se sacaban los mocos y se sacudían el cerebro a golpes en las butacas del auditorio Gelaguetza, que de recinto cultural pasó a ser “La arena que estaba de bote en bote y la gente loca por la emoción…”
Y es que justo en el día en que Alito arribó a Oaxaca para ver el brazo fuerte del PRI, el día que Alejandro Murat indicó que no le vendió el estado a MORENA, que Eviel Pérez Magaña superó el que no le dieran la candidatura y que muchos priistas de envergadura mostraron unidad, los delegados de peleaban nomas porque no había lugares donde sentarse, y pues obvio, que lo más sensato del mundo es una pelea a muerte para ocupar un lugar en el aforo.
Pero esto tiene un trasfondo, ya que después del 2010, donde el gobierno de Ulises Ruiz no pudo detener la estafeta para el tricolor y que derivó en el gobierno de Gabino Cué que fue todo un fiasco, nunca sintieron tanta presión y temor, ya que en ese entonces Eviel Pérez perdió por un margen de 9%, a diferencia de este 2022 que parece ser que pese al incremento de la simpatía de Aviles, siguen estando 4-1, una diferencia abismal que podría acabar con la ya desgastada investidura priísta en Oaxaca, quedando como Memo Ochoa después del 7-0 ante Chile.
Hoy, esa es la cara de las bases del PRI, que mientras los Fifis tricolores se abrazan y muestran su unidad, la gente que camina, los que sudan y se asolean buscando los votos para los funcionarios se pelean tras la confusión qué hay ante el color guinda.
¡Ahora si, lucharán de 2 a 3 caídas sin límites de tiempos!
Yorumlar